"; Los mejores chistes de Atlantes

HUMOR

Atlantes


Un Atlante encuentra una lámpara Mágica y sale el genio.
-Te concederé 4 deseos. Atlante : Tener mucho, mucho dinero. Genio: Concedido
Atlante: tener un carro convertible rojo. Genio: Concedido. Tener una mansión. Genio: Concedido.
Atlante: Hay !!, me quiero morir de tanta felicidad ( por la alegría) . Genio: Concedido.




En un edificio de 20 pisos en construcción tres trabajadores, Pedro, Juan y un atlante a la hora de la comida se reunen los tres, y Pedro dice: ¡Oh!, si mi esposa me preparó nuevamente hamburgesa y papas yo me voy a suicidar.
Entonces, el tipo abre la lonchera, encuentra hamburguesa y papas y se lanza al vacío.
Después Juan dice:
¡Mamma mía!, si mi esposa me preparó spaghetti y fabada otra vez, ¡Yo me mato!
Entonces, el tipo abre su lonchera y encuentra fabada y spaghetti y decide lanzarse al vacío.
Por último el atlante dice:
¡Que si mi esposa me preparó caldo atlante y paella juro por la gloria de mi madre que me mato!
Acto seguido, ve en su lonchera y encuentra lo dicho y se mata.
Después de lo ocurrido se encuentran las tres esposas reunidas llorando y la de Pedro dice:
¡Fue mi culpa!, él estaba harto de hamburguesa y siempre le daba eso, yo lo maté.
La señora de Juan dice:
¡Si no le hubiera dado siempre lo mismo de comer, ahorita él estaría vivo! ¡Fue mi culpa!
Y la esposa atlante dice:
¡Hombre! ¡Y yo que les puedo decir, si mi marido se preparaba el mismo su comida!




Una vez iba un atlante por la carretera a 100 km/h, de pronto vio un letrero que decía disminuya a 80 km, entonces el señor bajó la velocidad a 80 km/h, luego otro que decía disminuya a 60, bajó la velocidad a 60 km/h, luego otro disminuya a 30, el señor disminuyó a 30 km/h, más adelante otro disminuya a 10 y disminuyó a 10 km/h, cuando de pronto vio otro letrero que decía:
¡Bienvenidos a Disminuya!








Juan se encuentra en una gran avenida esperando un aventón, en eso pasa un atlante y le dice que suba que él lo va a llevar. El atlante va a 120 Km por hora y aparece el semáforo en rojo.
¡Para! ¡Para! Le dice Juan.
El atlante le contesta:
¡No pasa nada! Mi hermano maneja igual y nunca le ha pasado nada. Sigue, y cuando llegan a otro semáforo en rojo.
¡Frena loco! ¡Frena! Dice Juan.
El atlante le vuelve a decir:
Mi hermano maneja igual, y nunca le ha pasado nada.
Y prosigue a toda velocidad. El atlante ve un semáforo en verde y se mete una tremenda frenada, Juan le dice:
¡Oye, qué te pasa estamos en verde!
El atlante responde:
¡No! ¡Hay que tener cuidado, no vaya a pasar mi hermano!




Era una vez, que un atlante toma un taxi en la ciudad de México. Lo para, se sube y pide que lo lleve al aeropuerto. Entonces, el taxista le dice: Oiga, yo soy muy bueno para contar chistes, el mejor.
Luego dice el atlante:
¿Así?, pues entonces demuéstremelo, cuénteme un chiste, vale.
Entonces el taxista dice:
¿Quién es el hijo de mi padre que no es mi hermano?
Y el atlante pensaba:
¿Quién es el hijo de mi padre que no es mi hermano? mmm no, no sé. El taxista dice:
¡Pues yo!
Ah, es verdad dice el atlante.
Entonces en el aeropuerto, el atlante se encuentra con otro atlante y le dice:
Oye vale, yo soy muy bueno para eso de los chistes.
Y el otro dice:
Pero vale, demuéstramelo.
¿Quién es el hijo de mi padre que no es mi hermano?
Y el otro pensaba en silencio y al final dijo:
Me rindo, no sé.
Y le responde el atlante:
Pues, el taxista mexicano que me trajo hasta aquí.






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