Matrimonios
Una dama entra a una farmacia y le pide al farmacéutico :
- Por favor, quisiera comprar arsénico.
Dado que el arsénico es muy tóxico y letal, el farmacéutico quiso saber más datos antes de proporcionarle la sustancia.
- ¿Y para qué querría la señora comprar arsénico?
- Para matar a mi marido.
- !Ah, caramba! Lamentablemente para ese fin no puedo vendérselo. La mujer sin decir palabra abre la cartera y saca una fotografía del marido haciendo el amor con la mujer del farmacéutico.
!Mil disculpas!, - dice el farmacéutico
- no sabía que usted tenía receta ....
Llega una empleada nueva a la casa, y al patrón que nunca se le escapaba ninguna empleada decide acostarse temprano y esperar que su mujer se durmiera para gatearle a la nana. Y cuando por fin lo estaba logrando lo pilla la mujer la cual le dice:
¡Desgraciado, así te quería agarrar con las manos en la masa!
A lo cual el esposo responde:
Tranquila mi amor que si ella abre es porque es una fácil y mañana mismito la echamos.
Al otro día le dice el esposo:
Mi amor, para evitar tanto problema, por qué no aprendes a cuidar a los bebés y a cocinar.
Y le responde la mujer:
¿Y tú por qué no aprendes a quererme, consolarme, a besarme y echamos al conductor?
Estaban dos hombres en el cielo y uno le pregunta al otro:
¿Y vos de qué moriste?
Congelado, ¿Y tú?
De la risa.
¿Cómo que de la risa?
Sí, es que yo pensaba que mi esposa me estaba engañando con otro hombre, entonces un día le dije que iba a salir por 2 días, pero cuando me fui, regresé ese mismo día para ver si la atrapaba con el otro hombre. Cuando llegué, busqué por toda la casa y no encontré a ningún hombre. Dándome cuenta del error que había cometido empecé a reír y reír hasta que morí. ¡Bruto, si hubieras buscado en la nevera nos hubiéramos salvado los dos!
Una mujer se muere. Al llegar al cielo, San Pedro no está y se entretiene mirando por las rejas. Allí ve un gran banquete, con todos sus familiares y amigos que murieron ya.
¡Hola, que bien! ¡Hola, estábamos esperándote!
En esto que llega San Pedro y la mujer le pregunta:
Que sitio tan estupendo, ¿Qué tengo que hacer para entrar?
Tienes que deletrear una palabra.
¿Qué palabra?
Amor.
La mujer la deletrea correctamente, y entra.
Al cabo de los meses, San Pedro le pide que le cubra el puesto por unas horas. Estando ella de guardia, llega su marido.
Hombre, ¿Que tal, cómo te ha ido?
Pues bastante bien. Me casé con la maciza de la enfermera que te cuidaba mientras estabas enferma, me tocó la lotería y vendí nuestra casita y me compré una mansión, estaba de vacaciones en el caribe, haciendo ski acuático, y aquí estoy. ¿Qué tengo que hacer para entrar?
Tienes que deletrear una palabra.
¿Cuál?
Checoslovaquia.
Iba un matrimonio caminando por la calle y pasaron frente a una joyería, y ella le dice:
Mi amor, ¿me puedes comprar un collar?
Y él le contesta:
¿Que ya te cansaste de andar suelta?
Más chistes de Matrimonios | Página principal |