Amigos
Se encuentran 2 piuranos y un gago.
Uno de los piuranos dice:
Eh, compadre, me han dicho que allá en Huaraz hay una montaña donde tú hablas y te responden.
El otro piurano:
¡Compadre, eso se llama eco!
El gago incrédulamente propone viajar hasta Huaraz para conocerlo. Una vez allí un piurano le dice al otro:
Empiece compadre.
Y el otro grita:
¿Cómo estás montaña?
Y se escucha, aña aña aña aña...
El otro luego grita:
¿Estas bien montaña?
Aña aña aña aña...
Y le dicen al gago que es su turno, y el gago dice:
¿Omo etas onhaña?
Y la montaña responde:
¿Qué?
Un señor iba paseando por la calle cuando se encuentra a un amigo y éste lo saluda:
¡Hola! ¿Cómo te ha ido?
Bien, gracias.
Oye, ¿Tendrás un cigarro que me regales?
Claro, aquí tienes.
El amigo se lo da, y antes de que se fume el cigarrillo, el señor se toma una pastilla y después procede a fumarse el cigarrillo. El amigo dudoso, pregunta:
¿Y para qué sirve esa pastilla?
¡Ah! Sirve para que se me quiten las ganas de fumar.
¡Pero si estás fumando!
Claro, pero sin ganas.
Una vez estaba Pepito con sus amigos Pedrito y Jaimito presumiendo a sus papás, entonces Pedrito dice:
Fíjense que mi papá cuando fuma saca humo por la nariz.
Entonces dice Jaimito.
Pues mi papá saca humo por las orejas.
En lo que Pepito dice:
Pues mi papá es mejor porque cuando fuma saca humo por la cola.
En lo que sus amigos dicen:
¿Por la cola?
Y Pepito dice:
Sí, porque cuando va al baño veo las manchas de nicotina que deja en los calzones.
Un famoso político va cambiar un cheque en un banco de la capital y no tenía identificación. El cajero le dijo que necesitaba verificar su identidad. El hombre insistió en que era una figura pública y todos debían conocerlo. El cajero le dijo:
Señor, son las reglas, sino lo identifico no puedo cambiarle el cheque. Ayer estuvo aquí un famoso boxeador, no tenía identificación y para demostrar quién era tuvo que boxear un par de veces, aunque noqueó a dos cajeros lo identificamos y pudimos proceder.
Dijo entonces el político:
La verdad es que no sé qué hacer, solo se me ocurren tonterías y
estupideces.
Y dijo el cajero:
Ok, ya lo reconocí y me convenció, ¿Cómo quiere el cambio?
Se encuentran dos amigos y uno le dice al otro:
¿Sabes que murió Antonio?
¿Sí? No me digas, ¿y de qué murió?
De cataratas.
¿Lo operaron?
No, lo empujaron.
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