La Hormiga y el Saltamontes (versión Argentina)
Hay verdades que duelen a la vez que resultan incomprensibles........
LA HORMIGA Y EL SALTAMONTES (Versión criolla de la fábula de Fedro: La hormiga y la cigarra)
Una hormiga y un saltamontes viven en el mismo campo.
Durante el verano, la hormiga trabaja día y
noche recogiendo alimento para el invierno y
preparando su casa para estar caliente durante los
meses fríos que se aproximan.
Mientras tanto, el saltamontes, canta y revolotea,
come toda la hierba que desea y tiene hijos y más
hijos. Llega el invierno, el pasto se muere y hace
mucho frío. La hormiga está en su casa, bien
alimentada y abrigada, pero el saltamontes que no se
preparó para el invierno, se muere dejando un
montón de crías, sin alimento ni refugio. La moraleja
de esta historia es que hay que trabajar duro
para poder cuidar de sí mismo.
VERSION ARGENTINA
La primera parte es igual, pero como la cosa ocurre en
nuestro país surgen algunas complicaciones.
Los descendientes del saltamontes, muertos de hambre,
quieren saber por qué se permite que la
hormiga esté caliente y bien alimentada, mientras
ellos, que viven al lado, lo hacen en condiciones
terribles, sin comida y sin suficiente ropa. Aparece
el equipo de Crónica TV que graba y transmite
la situación de los pobres saltamontes, en contraste
con la hormiga, en su confortable hogar y con
la despensa llena de comida. El público queda
estupefacto. ¿Cómo puede ser posible que en este
bello campo se permita que sufran tanto los pobres
saltamontes, mientras que la hormiga vive con
tanto lujo?. En menos de lo que canta un gallo se
forma la UAS (Unión Argentina de Saltamontes).
Acusan a la hormiga de "protección especial" y
declaran a los saltamontes víctimas de treinta
millones de años de opresión verde.
Realizan un escrache frente a la casa de la hormiga y
le llenan la calle de basura.
El personal de Crónica TV los entrevista y los
miembros de la familia de saltamontes declaran que
si sus exigencias no son satisfechas se verán
obligados a vivir una vida de criminales. Sólo por
práctica, asaltan al equipo del personal de Crónica TV
y le roban la camioneta y los equipos.
La CTR (Comisión para Tomar y Redistribuir) justifica
su conducta diciendo que es legal debido a
la discriminación y opresión de que han sido objeto
los saltamontes por parte de la hormiga. Exigen
que la hormiga se disculpe con los saltamontes por lo
que le ha hecho y que les compense por todas
las hormigas de la historia que han hecho lo mismo en
contra de los saltamontes.
El PUCAMAS (El Pueblo Contra los Abusos y Maltrato a
los Saltamontes) declara que va a iniciar una
Guerra Santa. El Presidente aparece en el noticiero de
las 8 a.m. y dice que hará todo lo que esté
a su alcance en favor de los saltamontes, a los que se
les ha negado la prosperidad que se merecen
por quienes se han beneficiado injustamente durante
todo el verano. El gobierno decreta el DNUESIEVE
(Decreto de Necesidad y Urgencia Sobre la Igualdad
Económica de los Verdes Empobrecidos), retroactivo al
comienzo del verano, por el cual se multa a la hormiga
por no haber empleado una cantidad proporcional de
insectos verdes, y como no le queda nada para pagar
sus impuestos vencidos, el gobierno le confisca su
casa para redistribuirla.
La historia termina cuando vemos al saltamontes
comiéndose lo que queda de la comida de la hormiga
mientras la casa que él ocupa (que justamente es la
antigua casa de la hormiga) se le cae encima
porque no supo mantenerla. En la TV (que él y un par
de amigos se robaron de otra hormiga) aparece
el Presidente ante un grupo de saltamontes que cantan
y bailan frenéticamente, para anunciar que
una nueva era de "igualdad" ha amanecido en el campo.
Mientras tanto, a la hormiga no se le permite
trabajar porque, históricamente, se ha aprovechado del
campo.
En su lugar, diez saltamontes trabajan tan solo 2
horas diarias y se roban la mitad de lo que
llegan a cosechar. Cuando llega el invierno y no se ha
cosechado suficiente alimento, se declaran
en huelga y exigen un aumento de salario del 150% para
poder comprar más comida, la cual, ahora,
tiene que ser importada, ya que los saltamontes no son
suficientemente productivos como para
producir legalmente suficiente cantidad de alimentos.
La hormiga empaca sus cosas y emigra a otro campo,
donde monta una exitosa compañía de alimentos y se
hace millonaria vendiendo sus productos al campo de
donde salió.
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