Había una vez...
Era un tipo que se vestía tan mal que le decían la caja fuerte.
¿Que por qué?
Pues no había quien le encontrara la combinación.
Había una vez un hombre tan pequeño, tan pequeño, que en vez de viajar en metro, viajaba en centímetro.
Había una vez un perro tan inteligente, tan inteligente, que cuando le gritaban:
!Ataque!, el perro se tiraba al piso y le daban convulsiones.
Había una vez una señora tan gorda, tan gorda, pero tan gorda, que su ángel de la guarda tenía que dormir en otro cuarto.
Llega un cabezón a una carnicería y se queda asombrado por la cabeza que ve en la vitrina y le pregunta al carnicero:
Hey, hey, ¿cuánto vale la cabeza de cochino que está ahí?
Y dice el carnicero:
¿Cuál cabeza de cochino si ese es el espejo que esta ahí?
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